Renacimiento y Barroco


Para comprender y distinguir mejor las características estilísticas de arte del Renacimiento y del Barroco vamos a conocer la figura de Henrich Wölfflin, un teórico y crítico del arte suizo.


Wölfflin en su libro, Conceptos Fundamentales de la Historia del Arte, nos viene explicar las diferencias estilísticas entre el arte del Renacimiento y el arte del Barroco.


Cuando contemplamos una obra como el David de Miguel Ángel las características que observamos son la búsqueda del equilibrio, la idealización, el contraposto, la falta de expresividad, la quietud, etc. Aquellas que eran características propias de la escultura renacentista.


Cosa distinta es cuando analizamos la obra de Bernini, el David, en la que vemos características que no observábamos en momentos anteriores, como son el movimiento, la expresividad, la plantación del instante, el efectismo y teatralidad, la relación con el espacio. Elementos estilísticos que son propios de la escultura barroca.


Estas diferencias en las artes figurativas llevó a Wölfflin a enfrentar una serie de características del Renacimiento y del Barroco. Conceptos que podéis comprobar en la imagen superior.


Ya dijimos que en la pintura renacentista la línea marcaba el dibujo y el contorno de las figuras, frente a la mancha y el color, a lo pictórico en la pintura barroca, donde las formas no aparecen delimitadas y se difumina su contorno. Y como ejemplo lo podéis ver estas obras de Rafael y Rembrandt (hay un error en la imagen con el nombre de este pintor).



También podemos ver una diferencia en la organización y composición de las figuras, frente los planos paralelos que observamos en la pintura del Renacimiento, las composiciones del Barroco son más complejas, y las figuras aparecen en ángulos, en escorzo, buscando dar una mayor sensación profundidad a la obra.



Una característica del estilo renacentista es la de darle equilibrio, simetría y estabilidad a la composición, para que las lineas competitivas no nos desviaran del tema principal, y tendieran hacia el interior, de hay las composiciones piramidales de muchas de las obras. Sin embargo, en el Barroco, el mayor movimiento, las líneas competitivas diagonales, el retirar del centro de la obra el tema principal, tienden a abrir la composición hacia el exterior de la obra.



Otra de las diferencias estilísticas está en la distribución de los elementos del cuadro, en el caso del Renacimiento se da más una suma de formas y figuras redondeadas. Sin embargo en el Barroco todas las figuras y formas forman una unidad, un bloque.



Por último, otra de las características que distingue al Renacimiento y el Barroco es el tratamiento de la luz. Frente a una distribución homogénea de la luz que se hace en el Renacimiento, de claridad absoluta, en el que todos los elementos aparecen iluminados por igual, en el Barroco, buscando un mayor efectismo, se juega con el claroscuro, iluminando la escena a través de una serie de focos que, como en el teatro, buscan una mayor atención sobre los elementos más destacados de la obra.


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